En 1998, en las montañas de Guayacán de Siquirres, Limón, Norberto Solano y Miguel Solano realizaron un importante hallazgo para la herpetología costarricense al descubrir una nueva especie del género Sibon. Posteriormente, fue el reconocido herpetólogo Alejandro Solórzano quien describió formalmente esta especie, dándole el nombre Sibon lamari en honor a William W. Lamar, destacado herpetólogo norteamericano, por su contribución al conocimiento de la herpetología en la región neotropical.
Etimología: El nombre de la especie rinde homenaje a William W. Lamar, en reconocimiento a su trayectoria científica y su notable aporte a la herpetología, especialmente en el estudio de las serpientes del neotrópico.
Hábitat:
Los especímenes de S. lamari fueron encontrados en un área de bosque tropical muy húmedo, sin estación seca definida, a una altitud entre 550 y 750 metros. Este ecosistema, ubicado en la vertiente Caribe de Costa Rica, está caracterizado por su alta humedad y densa vegetación, lo que crea un entorno ideal para especies como Sibon, que son principalmente arborícolas.
Historia Natural:
Todas las especies del género Sibon son nocturnas y arborícolas, y tienen una dieta altamente especializada en moluscos, alimentándose principalmente de caracoles y babosas. En el caso de S. lamari, los ejemplares fueron observados alimentándose de caracoles de la especie Helicinia funcki. Además, ejemplares juveniles de Sibon argus, otra especie del mismo género, han sido vistos comiendo huevos de ranas de vidrio (familia Centrolenidae), lo que sugiere cierta diversidad en sus fuentes de alimento.
Mimetismo:
Varias especies de Sibon, incluida S. lamari, presentan un patrón de coloración que imita a serpientes venenosas como Bothriechis schlegelii, una serpiente arborícola venenosa con la que comparte su hábitat. Esta estrategia de mimetismo ayuda a disuadir a posibles depredadores, haciendo que Sibon parezca más peligrosa de lo que realmente es.
Distribución Geográfica:
Los ejemplares de S. lamari fueron recolectados exclusivamente en la región de Guayacán de Siquirres, en la provincia de Limón, Costa Rica. En esta área específica coexisten cinco especies del género Sibon: annulatus, argus, lamari, longifrenis y nebulatus, lo que evidencia una compleja dinámica ecológica, posiblemente relacionada con la especialización alimenticia de estas serpientes.
Importancia de la Ciencia Ciudadana:
Este hallazgo subraya la relevancia de colaborar con personas locales para promover la ciencia ciudadana. Norberto y Miguel Solano, como descubridores de la especie, ejemplifican cómo el conocimiento local y el trabajo en equipo pueden llevar a descubrimientos científicos significativos. Involucrar a las comunidades en la investigación científica no solo fortalece el conocimiento local, sino que también fomenta la conservación y aprecio por la biodiversidad, promoviendo una participación activa en la protección de los ecosistemas naturales.
Agradecimiento a Norberto y Miguel Solano
Quisiera expresar mi más profundo agradecimiento a Norberto y Miguel Solano por su invaluable contribución al descubrimiento de Sibon lamari. Su dedicación y conocimiento del entorno local en Guayacán de Siquirres fueron esenciales para este hallazgo, que ha ampliado nuestro entendimiento de la biodiversidad en Costa Rica.
Foto: Cristian Porras Ramirez
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